Bibi Netanyahu apareció hoy en cadena a las 8:00 PM, como ya lo ha hecho infinitas veces en los últimos meses. El build-up empezó en la mañana, pero este primer ministro de un país sumido en una crisis profunda, que encuentra tiempo para viajar con su esposa a fines de semana en hoteles de lujo en Europa, dedicó el día entero a negociar con el terrorista que tiene como asociado en su gobierno, Itamar Ben Gvir.
Hoy fue uno de los días más dramático en la historia política del país, y cuando Bibi finalmente habló en TV en la noche, anunció que iba a postergar la legislación antijudicial que ya está a un paso de ser certificada en la votación en la Knesset. Habló de lo muy importante que le era escuchar a todo el pueblo, pero no dudó en usar una metáfora que incrimina directamente a quienes se le oponen, al comparar la situación actual con el famoso juicio salomónico de la biblia: dos mujeres se declaran madres del mismo niño al que dicen amara, pero sólo la madre verdadera es la que está dispuesta a que no lo maten, y prefiere dárselo a la madre falsa con tal de que sobreviva. Adivinen ustedes quién es quién en esta metáfora. Claramente el niño es el pueblo de Israel, la madre verdadera son los que lo apoyan a él y a sus socios, y los que han salido a protestar son la madre falsa y mentirosa que está dispuesta a llevar a guerra civil, pero afortunadamente aquí está Bibi para salvar a todos.
Así es como apacigua Bibi en tiempos de crisis. Volvió a insistir en la necesidad de la reforma y no mencionó ninguno de los graves problemas en que el país está sumido, y que sólo han empeorado desde que se formó el gobierno que tiene un solo punto de interés: atacar al sistema judicial. Supuestamente se va a entrar ahora en conversaciones con la oposición para tratar de llegar a cambios basados en amplio consenso. Nadie que conoce a Bibi puede creer que después de algunas semanas de supuesta conversación vaya cambiar en un milímetro lo que está hoy sobre la mesa.
Podemos pensar en el ejemplo de Polonia, que junto con Hungría son los países que sirven de guía a todo este ataque de Bibi y sus aliados contra la democracia liberal. También en Polonia, como parte de los mismos procesos, se hizo un alto en la legislación que a fin de cuentas llevó a la aprobación de leyes mucho peores de las propuestas inicialmentes. Vale la pena leer al respecto este post del analista polaco Michal Bilewicz.
Sea como sea, en esta vuelta ya tenemos un gran ganador, y ese es nada menos que Ben Gvir. A cambio de no abandonar el gobierno por esta leve postergación, Bibi le prometió crear una “guardia nacional” la cual él comandará directamente. Es escalofriante pensar lo que eso quiere decir. Ben Gvir entró al gobierno como ministro de seguridad interna, y la primera condición era que le cambien el nombre a ministro de seguridad nacional. Y así es como él quiere verse. Él quiso desde un primer momento dar órdenes operativas directas a la policía, pero afortunadamente el comandante general se avispó (aunque casi cae en su trampa) y le puso bien en claro que él no puede hablar directamente con ningún oficial o con policías, y que sólo puede definir la política general a seguir. La policía en Israel, le explicaron, no es una policía política sino una cuerpo destinado a proteger la seguridad de los ciudadanos, y a garantizar la libertad de expresión y de manifestación (lo cual hace en la mayoría de los casos, aunque siempre está entre la espada y la pared, y además tiene no pocos simpatizantes de Ben Gvir, que por ahora están bajo radar.)
Pero ahora Bibi se rindió una vez más y está creando una policía separada bajo el comando de Ben Gvir, totalmente politizada, y a las órdenes del ministro pirómano, para que ellos cumplan sus órdenes y hagan lo que la policía nacional considera innecesario, ilegal, e imprudente, y que se dedicará sobre todo a dispersar violentamente manifestaciones. Cabe destacar que las manifestaciones antigubernamentales llevan ya 12 semanas y se han registrado en ellas pocos incidentes de violencia. Los manifestantes han cerrado vías, como mucho, y la policía ha actuado con mucha inteligencia para evitar, en general, violencia innecesaria, mientras que los manifestantes no atacan a la policía (excepto algunos casos esporádicos) y nunca han destrozado propiedad o algo que se parezca. Pero Ben Gvir y Bibi llaman a esos manifestantes “anarquistas” y los atacan sin cesar.
Pero hoy cambió diametralmente la situación. Se organizaron manifestaciones de apoyo al gobierno, sobre todo en Jerusalem, lo cual era de esperarse y es lo lógico en un país como Israel, pero además, como parte de eso mismo, grupos violentos de la extrema derecha salieron a atacar físicamente a los manifestantes del bando contrario. El más conocido de esos grupos se apoda “la familia” (así, en castellano o italiano, nada de que המשפחה). La inspiración de ese nombre no puede ser más clara, y su origen es de entre los fanáticos del equipo de fútbol Beitar Yerushalaim.
Es un grupo racista y agresivo, bien conocido por la policía que debe enfrentarlos constantemente en los estadios y fuera de ellos.
Hoy empezaron ellos a atacar a grupos de manifestantes pacíficos. Bibi y Ben Gvir no los llaman anarquistas, por supuesto. Bibi expresó su emoción, casi llorando (lágrimas de cocodrilo), por el apoyo que recibió de todos los manifestantes en su favor. Eso está bien de por sí, pero no pensó por un instante en condenar la violencia. Ben Gvir, además, salió además a la calle a abrazarlos y felicitarlos por su presencia y apoyo. Ben Gvir es el gran héroe de este tipo de grupos violentos, ya hora va a tener a su cargo un cuerpo policial político y armado.
Sobre la destitución del ministro de la defensa Galant, que fue la chispa que encendió las llamas ayer, Bibi no dijo hoy ni una palabra. En estos días tan dramáticos no sabemos qué es lo que piensa nuestro primer ministro sobre el cargo más importante para la seguridad del país, y qué es lo que nos espera al respecto. El juicio salomónico es lo que le interesa y a través de él seguir sembrando la animosidad dentro de la sociedad y dividirla más aún, inclusive en un discurso supuestamente dedicado a calmar los ánimos. Es probable que Galant se quede en su puesto, ya que Bibi ni siquiera le manda una carta oficial, y eso es formalmente necesario en el áis para remover a un ministro de su cargo. Pero Bibi no tendrá el coraje de decir algo al respecto. Así es Bibi … enciende la hoguera ... y que se quemen los demás.
El número de manifestantes ha disminuido, pero el nivel de la violencia ha aumentado.
La huelga general que se declaró esta mañana ya ha sido cancelada en respuesta a la decisión de Bibi de postergar la votación final de la legislación. Las universidades vuelven a las clases, por lo menos temporalmente. Y así otro tipo de irrupciones de la rutina han disminuido. La gente también tiene que trabajar. Pero el ataque al sistema judicial Israelí no se ha detenido.
Me viene a la mente un poema del brasilero Antonio Miranda, que conocíamos en Venezuela de los años 70. Creo que la oímos en alguna de las producciones del teatro Rajatabla, o algo así:
Reina la más completa paz en todo el país.
Reina la más completa paz en todo el país.
Reina la más completa paz en todo el país.
Reina la más completa paz en todo.
Reina la más completa paz en todo.
Reina la más completa paz en todo.
Reina la más completa paz.
Reina la más completa.
Reina la más
Reina.
Comments